30 abril, 2016

MOMENTS - Mandarín Oriental Hotel

Aprovechando un viaje a Barcelona nos decidimos a probar el segundo restaurante de Carme Ruscadella (la mujer de las 7 estrellas Michelin), capitaneado por su hijo Raul Balam. Moments es el restaurante del Mandarín Oriental Hotel situado en el Paseo de Gracia.

La verdad es que con su menú Largo, el viaje, nos han dejado sin palabras. Todos los platos estaban deliciosos, el maridaje tremendo y el ambiente y el trato superagradable. Creo que claramente está al nivel de 2 estrellas que tiene (incluido el precio que no es precisamente asequible jejeje)

Yo destacaría algunos de los platos que me parecieron realmente memorables. Para mí los mejores fueron los que representaban Nueva York (una mini hamburguesa de escándalo) y Paris (un macaron de foi expectacular). Me encanto también el cocktail de las Vegas y el pato de shangai. Los petit four sin palabras (ver foto). Te entregan un pasaporte para contarte (y sellar) los destinos.

De los vinos destacaría uno de uva autóctona un Trepat que tenía un sabor frutal increíble.

El pan, que tajan delante tuyo, es realmente bueno.

Sitio altamente recomendable...tremenda la familia Ruscadella.

24 abril, 2016

CHIRON de Valdemoro

Seguimos con la ruta de las estrellas Michelin, y esta vez le tocó al Chiron.

La verdad es que me encanta ver como una familia trabajando en Equipo consiguen poner un restaurante de Valdemoro en la élite mundial.

La cocina del Chiron es imaginativa, sabrosa, con raíces y mucho sentimiento.

El local está en Valdemoro, y para personas como yo, sirve para ponerlo en el mapa, porque en 45 años en Madrid, es la primera vez que pisó el pueblo.

Para aparcar, el pueblo no es fácil por momentos, pero si llamas, tienen 4 o 5 plazas previstas para ayudar.

El sitio, me recuerda al Coque, quizás algo más pequeño, pero bastante elegante y bien organizado.

La bodega, hace gala del sommelier (hermano del chef), muy bien diseñada y con unos caldos de escándalo. No venden el maridaje, pero si pides vino por copas, te lo van montando sobre la marcha. Vinos bastante divertidos.

El ambiente es agradable, con música clásica/ópera de fondo (suave), las mesas bien separadas, dando privacidad sin perder el ambiente.

Probamos el menú largo, y fue un espectáculo de principio a fin. Presentaciones sorprendentes, sabores tradicionales, producto de primera, pura reinterpretacion de gastronomía española. Me sorprendieron gratamente las gachas, los callos de mar (de bacalao), el rollito de conejo, el taco de liebre, la version 2.0 del cocido o el postre de gin tonic.

El trato es excelente, me deje la cartera, y el dueño me llamó y me la saco a la calle cuando me vio llegar.

Claramente un sitio a repetir.... Excelente