Agradable sorpresa este sitio. No es un sitio elegante ni romántico, de hecho al entrar parece un bar de medio pelo, pero en su comedor se sirven platos muy meritorios y que son difíciles de encontrar, con una creatividad y sabor dignos de grandes plazas.
Nosotros probamos el miércoles pasado, las ancas de rana crujipicantes, las alcachofas con vieira, el tuétano a la brasa y los huevos poche en parmesano; y los sabores y la presentación eran un espectáculo. Con el descuento del tenedor, con vino, café y sin postre nos salió por 70 euros dos personas, lo cual dado la calidad de lo servido, está muy razonable.
Creo que si remozaran el local, para ponerlo más "bonito" y ambientado, podrían cobrar un 40% más y ser un sitio de moda... En cualquier caso, excelente opción si se quiere comer un buen tuétano o ancas de rana (productos de los que soy un fan absoluto)
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