Stroganoff fue un conde ruso al que un día no le alcanzó el dinero para dar carne a todos sus invitados y su cocinero avispado, troceo la carne y la mezcló con harina, crema agria y verduras para que rindiese más. Sorprendentemente la receta encanto a los comensales y se hizo famosa.
El restaurante está decorado con madera y adornos antiguos de forma agradable. Nosotros probamos el cangrejo real con queso (bueno, pero escaso y el queso mata al cangrejo), la sopa de calabaza (normal), el Strogonoff (muy pesado, nada especial) y el pastel de cangrejo de katmatcha (excelente). De postre una tarta de zanahoria para dos (gigante, pero muy normalita)
Sensaciones? Un sitio muy normal (parecido a una franquicia), a mi parecer no es apto para foodies. No repetiré ni recomendare, porque aunque no es malo, no es una experiencia memorable...
Ojo el sistema de limpieza de "bajos" instalado dentro del WC con distintas orientaciones de chorro, distintas intensidades y sistema de secado... Aunque no lo usaría ni borracho, me dejo too'loco...jejeje. De lo de adornar el retrete con botellas vacías de vino, no hablamos....
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